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El herpes labial es una infección viral. Se trata de un padecimiento común, cuya apariencia es la de pequeñas ampollas tanto en el labio superior como en el inferior. En ocasiones, las ampollas se aglomeran y forman manchas. Es una infección delicada, pues las ampollas tienden a romperse y causan costras que duran varias semanas. En dado caso, existe la ventaja de que tales costras no dejan cicatriz. Lo malo es que las ampollas reaparecen de modo continuo.
Otro asunto es que no hay cura para el herpes labial. Por eso, se necesita de un tratamiento que ayude a controlar los brotes. Esta infección es desencadenada tanto por el virus del herpes simple tipo 1 (HSV-1), así como por el virus del herpes simple tipo 2 (HSV-2).
Es un problema que puede presentarse en la boca, manos o genitales. Muchas veces, no se presentan llagas; pero eso no quiere decir que el virus no esté alojado. De hecho, la mayoría de los contagios suceden entre personas que no tienen llagas visibles y se descuidan.
¿Cuáles son los síntomas del herpes labial?
El herpes labial no solo se exterioriza con manchas y ampollas. Además, la persona resiente varias incomodidades. Estos síntomas son bastante conocidos, aunque presentan algunas variaciones en cada paciente. ¡Vamos a ello!.
- Hormigueo y escozor: el herpes labial causa bastante prurito en la piel. Esto suele pasar antes de que surjan las ampollas. Primero, se avista un pequeño punto; bastante doloroso. Las molestias hacen que la persona se rasque la piel, causando enrojecimiento.
- Ampollas: son pequeñas, conteniendo un líquido espeso. Aparecen en el perímetro de los labios. Al acumularse varias ampollas, exhiben la apariencia de una mancha con textura granulada. Estas ampollas pueden
- Fiebre: es ocasional y suele manifestarse al inicio de la infección. También, cuando el virus se expande a otras zonas. La persona, al rascar las ampollas, suele tocarse otras zonas del cuerpo y llevar la infección a otras zonas.
- Molestias en las encías: sucede cuando el herpes pasa hacia adentro de la boca. La persona muestra verdaderas molestias, ya que pueden surgir ampollas en las encías. En este caso, se suele hablar de un herpes bucal.
- Secreciones: las ampollas pueden romperse y liberar secreciones. Muchas veces, las ampollas se rompen de manera espontánea al fusionarse. La sensación de líquido espeso en derredor de los labios es bastante incómoda.
- Costras: las costras surgen cuando las ampollas se rompen. Hacen que los labios se sientan duros, siendo además dolorosos. Son muy antiestéticas, por lo que la gente tiende a quitar la costra, lo cual empeora la situación.
Finalmente, es necesario advertir que se presentan otros síntomas ocasionales: dolor de garganta, malestares musculares o la inflamación de los ganglios linfáticos. No todos los pacientes sufren estos últimos síntomas; ya que suelen devenir cuando la infección se complica mucho.
¿Cuáles son las causas del herpes labial?
Por lo general, esta enfermedad sucede por causa de algunas cepas del virus del herpes simple. No obstante, hay casos donde el culpable es el virus del herpes 2. Hay varios factores que ocasionan el contagio de las cepas que desencadenan el herpes en los labios, los cuales explicaremos a continuación.
- Compartir objetos: como por ejemplo cubiertos, afeitadoras, tijeras, toallas, jabones, etc. El virus puede quedar impregnado en tales objetos, los cuales luego son frotados cerca de los labios de otra persona. Es la manera más común de contagio.
- Contacto físico: otra manera en que el virus pasa, de una persona a otra, es mediante el contacto físico. Puede suceder mediante besos, roces, tocar los labios de la otra persona con los dedos y luego pasarlo por el rostro propio. El sexo oral es otra fuente común de infección de herpes labial.
- Secreciones: cuando las ampollas se revientan, liberan secreciones que son muy contagiosas. Hay que evitar que estas secreciones manchen o salpiquen, ya que contienen el virus. Todo pañuelo, gasa o algodón usado para limpiarlas, debe ser desechado de inmediato.
Como vemos, es importante cuidarse para evitar una infección de herpes labial. Como ya mencionamos antes, es una enfermedad para la cual no hay cura. Lo que existe es el tratamiento para controlar los brotes de ampollas. Es importante añadir que esta enfermedad es bastante incómoda, ya que sus secuelas son muy visibles en el rostro.
Tratamiento para el herpes facial
La mayoría de los brotes de ampollas desaparecen en 1 o 2 semanas, sin necesidad de tratamiento. El problema es que son recurrentes, lo cual genera molestias. Por eso, los médicos plantean las siguientes alternativas para aminorar y controlar los síntomas.
- Cremas antivirales: perfectas para prevenir la aparición de ampollas. Son de expendio libre y suelen tener entre sus componentes Aciclovir o Penciclovir. Es importante colocar estas cremas cuando inicia el ardor que precede a las ampollas. Así, se evita que surjan estas desagradables marcas en la piel.
- Antivirales orales: solución para cuando hay ampollas presentes. Su utilización acorta la presencia de estas ampollas en los labios. También, se recomiendan para quienes padecen brotes constantes; frenando que sucedan.
Hay también algunos medicamentos para calmar el ardor, o el malestar muscular que puede surgir por esta infección. Cada paciente es un caso particular, por lo que el médico debe evaluar cada infección de herpes de manera singular; deduciendo el tratamiento específico para cada persona.
Posibles complicaciones del herpes labial
En general, es una infección que se controla con facilidad. No obstante, pueden tornarse un trastorno de salud más complejo. Por eso, hay que estar atentos a que no sucedan circunstancias como las siguientes.
- Puntas de los dedos: es complicado cuando este virus se aloja bajo las uñas o puntas de los dedos. No solo es poco estético tener los dedos así, sino que estas extremidades se tornan torpes o pierden sensibilidad.
- Infección en los ojos: el herpes puede llegar a los ojos. Es muy peligroso que esto ocurra, ya que pueden quedar cicatrices e incluso pérdida de la vista.
- Infección generalizada: si el herpes se extiende a varias zonas de la piel (cuello, torso, piernas, brazos, etc.) sucede una enfermedad bautizada como dermatitis atópica. Un problema que llega a gestarse en verdadera emergencia de salud.
El herpes labial implica ponerse en manos de especialistas en dermatología para evitar contagiar a otras personas.